Cuatro principios básicos sobre fotografía

09.06.2014 08:09

Aunque hay cientos de cursos realmente completos sobre fotografía en internet y en multitud de libros, no me puedo resistir a hablaros hoy con sencillez sobre algunos aspectos técnicos de la misma que os pueden ayudar a comprender un poco mejor este mundillo tan peculiar y que posee un lenguaje un poco extraño para el que no está acostumbrado a él.

Antes de nada me gustaría deciros que si sois de los que hacéis las fotos en modo automático y no tenéis intención de cambiar vuestra forma de emplear la cámara podéis dejar de leer ya mismo porque dentro de un rato os habréis dado cuenta de que habéis leído un rollo de cuidado y os habéis quedado igual que al principio. De cualquier modo también os digo que si no empleáis el resto de modos con los que suelen contar la mayoría de cámaras actuales no le sacaréis ni el 20% de sus posibilidades. El modo automático es muy útil para disparar fotografías sin preocuparse de más, y de hecho lo suelo usar en cumpleaños y ocasiones en las que no le vas a pedir a la gente que se espere unos segundos para ajustar tiempos de exposición, aperturas y demás, pero es algo así como usar un coche con cambio automático: es cómodo y suele funcionar bien, pero es él y no el piloto quien toma las decisiones.

1. APERTURA

El valor de apertura indica lo abierto o cerrado que está el diafragma del objetivo en el momento de disparar la fotografía. Viene indicado por una cifra que oscilará en diversos pasos entre un valor mínimo (máxima apertura del diafragma) y un valor máximo (que representa la apertura más pequeña). En el caso concreto de mi Konica Minolta Dimage Z2 esos valores son 2.8 y 8.0 con más de una decena de valores intermedios; pero en cámaras de mayor tamaño (por ejemplo en las réflex) veréis que ambos valores pueden irse todavía más a los extremos.

Hay un factor muy importante controlado por la apertura del diafragma: la profundidad de campo, que es la distancia por delante y por detrás del motivo enfocado que se verá nítida en la imagen final. Si queremos realizar un retrato con el fondo desenfocado debemos abrir mucho el diafragma empleando un valor bajo de apertura, mientras que si lo que queremos inmortalizar es un paisaje lo ideal será emplear un valor elevado (diafragma bastante cerrado) para que así obtengamos nitidez en la mayor parte de los elementos fotografiados.

Vamos a ver esto con un ejemplo empleando para componer las imágenes una simpática muñeca “Matrioska” (esas figuras rusas que se encajan unas dentro de otras) y un típico fondo playero de apartamentos. 

2. TIEMPO DE EXPOSICIÓN

Lo que este parámetro controla es el tiempo que el objetivo va a permanecer abierto durante la captura de la imagen. Sus valores suelen oscilar entre menos de una milésima de segundo y varios segundos. Como es lógico, valores elevados harán que más luz llegue hasta el sensor de la cámara y por lo tanto más clara sea la fotografía.

El problema de los valores altos de exposición es que ante el más mínimo movimiento de la cámara la fotografía quedará borrosa. Se supone que hasta 1/50 segundos (o si tenemos buen pulso a 1/30) una imagen puede quedar nítida si mantenemos la cámara firmemente sujeta mientras disparamos. A velocidades más lentas se va a hacer necesario el uso de un trípode para asegurarnos de que la cámara no se mueva absolutamente nada.

3. SENSIBILIDAD ISO

La sensibilidad ISO es la capacidad que tiene el sensor tiene para captar la luz de forma similar a cómo hacían los carretes fotográficos de hace años; sólo que en este caso podemos variarla a voluntad. Cuanto más alto es el valor ISO más facilidad por parte del sensor para captar la luz que le llega a través del objetivo; y claro, podríamos pensar que la táctica a emplear es poner siempre el mayor valor posible. Sin embargo siempre hay algo que sacrificar, y un valor alto va a hacer que aparezca más ruido en la imagen, por lo que siempre debemos buscar un compromiso intermedio entre sensibilidad y ruido.

4. DISTANCIA FOCAL

Si no queréis liaros demasiado con este parámetro (es el más “raro” de todos) podéis considerarlo como el nivel de zoom óptico empleado a la hora de realizar la fotografía. Según el objetivo de la cámara utilizada puede tener consecuencias en la luminosidad que llega hasta el sensor; pero como os digo esto depende de la cámara u objetivos empleados, y si en mi antigua Canon lo notaba mucho, en la actual Konica Minolta el efecto es apenas perceptible.