Este es el modo que nos va a permitir controlar tanto la apertura del objetivo como el tiempo de exposición. Jugando con ambos parámetros vamos a variar la cantidad de luz que alcanza el sensor y, por tanto, el grado de exposición de la fotografía. Además, cada uno de estos dos parámetros juega un papel fundamental sobre el aspecto final de la imagen, pero eso lo veremos cuando echemos un vistazo a otros modos que vendrán después.
2. Prioridad a la apertura (A o Av)
En este primer modo semiautomático vamos a jugar con la apertura del objetivo, dejando que la cámara elija la velocidad de disparo adecuada para conseguir una exposición equilibrada (exposímetro al centro).
Si con la rueda de control elegimos un diafragma más abierto (entra más luz por el objetivo) la cámara aumentará la velocidad de disparo en consecuencia. Del mismo modo, si cerramos el diafragma, el tiempo de exposición será más largo para que al final la cantidad de luz que alcance el sensor sea la misma durante la toma de la fotografía.
3. Prioridad a la velocidad (S o Tv)
Si habéis comprendido en qué consiste el modo anterior, éste no representa ningún misterio. Empleando el modo de prioridad a la velocidad jugaremos con dicho parámetro, encargándose la cámara de elegir la apertura adecuada para equilibrar la exposición.
4. Programa (P)
En este caso estamos ante un modo que es prácticamente automático, pues la cámara será la que elija por nosotros tanto la apertura como la velocidad de disparo. Lo que ocurre es que en esta ocasión podremos modificar cualquier otro parámetro de la cámara como el uso del flash, los puntos de enfoque a emplear, el tipo de medición, la sensibilidad ISO…
5. Automático (AUTO o cuadro verde)
Si el modo anterior no era muy recomendable, éste lo es todavía menos. Empleándolo nuestro único papel al hacer la fotografía será el de componer la escena y apretar el disparador; algo muy poco recomendable si queremos mejorar nuestra técnica fotográfica.
6. Reflexiones finales
Entiendo que todo tiene un comienzo y que nadie nace sabiendo; pero como os decía al principio del artículo, emplear una réflex exclusivamente en modo automático es un desperdicio de posibilidades.
Lo que yo os recomiendo si os acabáis de comprar una cámara que disponga de modos semiautomáticos (el manual podéis dejarlo al margen de momento) es que empecéis a jugar con ellos desde el primer día. Seguramente las primeras fotografías serán un desastre: algunas quedarán movidas, en otras aparecerán zonas de la imagen desenfocadas que nos hubiera gustado ver nítidas… pero si tenéis claro qué es lo que estáis haciendo y cómo afectan a la imagen la apertura y la velocidad de disparo, poco a poco veréis que vuestras imágenes van ganando en calidad y al final seréis vosotros los que mandéis sobre la cámara y no al revés.